Por Iroel Sánchez
Si es usted de los que prefiere la adjetivación, el insulto gratuito y la ausencia de argumentos, tendrá un manjar en la respuesta que a propósito de mi serie “El “aterrizaje suave” de Cuba en el capitalismo y la “secuencia óptima” ha publicado María Isabel Alfonso a nombre de Cuban Americans for Engagement (CAFE).
Alfonso es alguien a quien no hago otra cosa que elogiar en los artículos antes citados. En la única referencia que había hecho a ella y CAFE en toda mi vida “…aplaudo la diáfana aclaración de María Isabel Alfonso, Co-Directora de Cuban Americans for Engagement, a propósito del artículo de Emilio Ichikawa “Debuta en EE.UU un nuevo grupo cubanoamericano de activismo político”. Pero, lamentablemente, lo que María Isabel llama al escribir sobre mi, pontificación, “cacería de brujas”, “poco disimulado estilo estalinista” y “simplismo”, está en su prosa como la astilla en la herida. Invito a buscar en mis referencias a su defendido, Arturo López Levy, adjetivaciones, ausencia de la opinión ajena e insultos, que es lo que supongo la señora Alfonso quiera decir cuando habla de “estilo estalinista”.
En un ejemplo ilustrativo de lo que es para ella democracia, debate y pluralismo, María Isabel Alfonso pone apenas una sola frase dicha por mi y habla de mi “obsesión por extraer frases de su contexto”. Eso último es precisamente lo que hace ella con Silvio Rodríguez al utilizar una opinión de este sobre presos que el gobierno cubano liberó en 2010, reproducida entonces en el sitio Cubadebate -al que llama ella “oficial” pero publica desacuerdos de Silvio con el gobierno cubano-,de donde dice “no somos subordinados”, dando a entender equivocadamente que yo lo soy porque se publican algunos de mis textos allí. Su colorario hace pensar aquello de que cree el ladrón que todos son de su condición, ¿se subordina ella, por publicar y defenderlo en el sitio web de CAFE, a Arturo López Levy, “el más visible líder de esta organización de jóvenes cubanoamericanos” para decirlo con palabras de Emilio Ichikawa?
Tratando de ser breve, pasaré por alto los errores de redacción del tipo: “en una serie de artículos, Iroel Sánchez, autor del blog “La pupila insomne” ha publicado cuatro artículos” y me concentraré en el contenido. A imprecisiones históricas, -por ejemplo, llama Congreso Democrático por la Cultura al Congreso por la Libertad de la Cultura creado por la CIA- la miembro de CAFE suma cosas que no he dicho. Duele decirlo, pero Alfonso falta a la verdad, jamás he afirmado que para ser patriota cubano “hay que ser marxista, comunista o socialista”.
“Tenemos criterio, y con respeto lo hemos expresado en reuniones con el gobierno cubano”, afirma Alfonso, dando a enteder que yo no tengo criterio. Le dejo acá mi opinión sobre el gobierno cubano y el ejercicio del criterio frente a él, que la agencia AP, no el sitio “oficial” Cubadebate, se tomó el trabajo de censurar:
“…soy un revolucionario cubano, y eso significa lealtad a unas ideas y unos valores, más que a un gobierno. Aunque estoy identificado con nuestro gobierno porque creo que encarna las aspiraciones de justicia e independencia de nuestro pueblo y lucha en circunstancias muy difíciles por sacarlas adelante con objetivos muy nobles, no lo considero infalible. Pienso que la condición crítica es inseparable de la vocación revolucionaria, ¿cómo podríamos avanzar sino? Creo que toda crítica es válida, si es honesta, si dice verdad, por dura o desagradable que sea. Cuando se hace al servicio de un gobierno extranjero, a cambio de dinero o reconocimientos, pierde toda legitimidad, y veo en ese el único límite. “
A diferencia de lo que hace María Isabel Alfonso conmigo, mis textos citan párrafos enteros de Arturo López Levy, diciendo cuándo y en qué circunstancias los suscribió, precisamente para respetar el contexto y no manipular al lector. Los lectores pueden comprobar que en mi serie -a pesar de lo que ella dice- no menciono a Milton Friedman -es en un artículo anterior- ni tampoco digo que López Levy promueve el estado de bienestar; en todo caso cito a Guillermo Castro Herrera en una definición sobre la izquierda europea que sólo sirve a Alfonso para asociar a Lenin con Omar Torrijos y no con Martí, como hace el intelectual panameño. Lenin aparece en mi escrito a propósito del concepto de “oposición leal”, para decir que fue el primero en utilizarlo, y como Marx, Gramsci y Rosa Luxemburgo, está en la cita de Castro Herrera, quien explica que esos cinco revolucionarios nunca se definieron como “de izquierda”.
Escribe Maria Isabel Alfonso, dando a entender una valentía en su defendido que no tenemos los que residimos en otros lugares y condenamos el bloqueo: “Aquí, en los Estados Unidos, no en La Habana, no en la Tribuna Antiimperialista, aquí, Arturo López-Levy ha levantado su voz contra el embargo” y menciona sus entrevistas conEdmundo García. Aquí -sin las negritas que ella utiliza para enfatizar en USA, porque solo se trata de este blog y no donde viven ella y su heroico correligionario- publiqué una de esas entrevistas donde López Levy me hace recordar un refrán campesino, “es un majá en un barril de manteca”, al huir de cualquier definición que lo comprometa y obligar a Edmundo a repetirle y repetirle la misma pregunta, pueden leer la entrevista con Edmundo en este enlace. Por suerte, nadie dirá -como hace Alfonso en su texto, con una manipulación extrema, al referirse a lo dicho por una persona que yo entrevisté- “López Levvy, apoyado por Edmundo”.
Más cerca de ser un “apoyo” está el Segundo Jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, Conrad Tribble, difundiendo en la red social Twitter, y llamando “buena lectura”, el ataque de CAFE contra mi. Recuerdo que es el mismo Mr Tribble que ha tratado de contaminar espacios de la blogosfera cubana y orientaba, desde su cuenta en Twitter, a los periodistas acreditados para la Cumbre de la CELAC en La Habana contactar las “voces independientes” que paga y controla EE.UU. en Cuba.
Me pregunto qué lleva a Alfonso a leer lo que no escribí, hablar de lo que supuestamente dije sin citarme y faltar a la ética -elemental en un debate en la web- de enlazar mi trabajo, cosa que hice con el suyo ya dos veces desde mi blog y hago ahora por tercera vez.
Secta hace parecer a CAFE María Isabel Alfonso, defendiendo a Arturo López Levy en el mejor estilo de los partidarios del culto al “padrecito de Moscú”. Me acusa Alfonso de obediencia y disciplina pero me pregunto si es la obediencia la que obliga a esta señora a asumir ese rol. Yo desde niño he sido bastante desobediente, incluso conflictivo, me han botado de clases y luego de lugares mucho más importantes por ello, pero no me gusta convertirlo en curriculum; quizás por esa misma conflictividad reaccioné cuando López Levy habla del “conflicto de Cuba” por no aceptar “un sistema internacional donde la primacía norteamericana es una realidad”.
Pero no nos apartemos del tema que tanto ha molestado a María Isabel. Dije sobre las ideas defendidas por Arturo López Levy:
“Es difícil encontrar algo novedoso cuando se condiciona un cambio en la política de Washington con lo mismo que se esgrimió por EE.UU. desde que comenzó sus agresiones contra la Revolución: que Cuba renuncie a una política exterior independiente, lo que es una de las prevenciones buscadas por el apéndice que desde el país del Norte se impuso a la Constitución cubana en 1901, la Enmienda Platt.”
No es el tono con que escribe Maria Isabel Alfonso sobre mi en el sitio web de CAFE que, por cierto, como suele suceder con las publicaciones de las sectas, no existe para el indexador Alexa que refleja la popularidad de los sitios en Internet. Vayamos ahora a lo que Alfonso llama “frases fuera de contexto” de Arturo López Levy, tal como las cité extensamente en dos de mis artículos:
“La política del embargo es una política imperial porque pretende imponer a través de la coerción el tipo de gobierno que a ellos les gustaría en Cuba, con las políticas que a ellos les gustarían desde Cuba. Es posible que esa política sea suplantada por una política de proyección hegemónica que lo que procura es persuadir al otro actor, a partir de dinámicas de información, dinámicas de incentivos, de que es mejor, para el actor más débil, adoptar cambios que lo hagan caber o entrar en un rompecabezas mayor donde predomina el liderazgo norteamericano.
“Esto es algo que Cuba no parece aceptar y eso ya es un conflicto de Cuba no solo con Estados Unidos sino con un sistema internacional donde la primacía norteamericana es una realidad. El actual sistema político cubano y la dirección cubana no se sienten cómodos con el mundo de esa manera y hacen todo lo posible por cambiarlo. ¿Es posible que Cuba modere esa manera de ser? Yo creo que sí. ¿Es posible que Estados Unidos asuma la búsqueda de sus mismos objetivos por un método más persuasivo y menos coercitivo?”
Antes, estas fueron mis palabras: “López Levy describe lo que considera “el mejor escenario para los intereses y valores democráticos europeos” en esta Isla””, y lo citaba a él sugiriendo tal escenario:
“…un aterrizaje suave cubano hacia un régimen pluripartidista y una economía de mercado, no un desplome súbito del régimen actual. La secuencia óptima para ese resultado es una liberalización cubana, en la que los intereses europeos puedan participar en mayor escala, seguida por un levantamiento del embargo estadounidense que preceda la apertura final del sistema político cubano con una transición pactada al estilo español de los pactos de la Moncloa en 1977.”
Si afirmar eso es ser patriota y cuestionarlo es volver a “la época de cacería de brujas y el llamado quinquenio gris”, ser estalinista, adoptar posiciones sectarias, pontificar, exigir “castidad revolucionaria” y tener paranoia, que baje Dios y lo vea.
Insisto en la interrogación que María Isabel Alfonso no ha respondido en su apasionada escritura: “¿es patriótico pedir que Cuba “modere esa manera de ser” y sea uno más en el Felpudo para ser llevada por Estados Unidos -”por un método más persuasivo y menos coercitivo”- hacia “un régimen pluripartidista y una economía de mercado”?”. Esa es la pregunta cuya respuesta, por más que busco, no encuentro en el texto publicado en CAFE.
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