Por: Abel E. Derivet Vidal*
En un hecho sin precedentes, EU evitó ante la Asamblea General de las Naciones Unidas apoyar explícitamente su propia ley en 25 años, desde que Cuba presenta una resolución ante la Asamblea General para exigir el fin de la medida, absteniéndose de votar a favor del Bloqueo económico, comercial y financiero que ha impuesto a Cuba desde hace más de medio siglo.
Ha tomado 24 años la rectificación del voto de EU en este escenario, han sido 24 años consecutivos de categórico rechazo a esta política por la comunidad internacional, 58 años de resistencia heroica del pueblo cubano, que celebró ayer esta nueva victoria.
Al anunciar la representante de EU su abstención en la votación de la Resolución Necesidad de ponerle fin al Bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por EU a Cuba puntualizó, que no comparten algunos de los argumentos de la misma, «Pero la resolución es un ejemplo de que la política de aislamiento no funciona, porque en lugar de aislar a Cuba, aísla a EU», dijo.
El Gobierno de Obama, que restableció las relaciones diplomáticas con Cuba en 2015, ha dicho explícitamente que quiere el fin del bloqueo contra Cuba, aunque también ha dicho que esto representa un cambio en la política, pero no en el objetivo estratégico que seguirá persiguiendo la política, que es promover cambios dentro del ordenamiento económico, político y social de la isla. A todas luces se contrapone al objetivo declarado de normalizar las relaciones con Cuba.
El pasado 14 de octubre hubo anuncios en EU referidos a Cuba, dos anuncios: una directiva presidencial de política, cuyo título es Normalización de las relaciones entre EU y Cuba, y el segundo, el quinto paquete de medidas para modificar la aplicación de algunos aspectos del bloqueo.
Aunque es un esfuerzo, por parte de Obama para tratar de asegurar en el futuro la continuidad de la política actual, en tanto es una directiva de esta Presidencia, esto será posible solo en caso de que un futuro presidente de EU decida seguir ese curso.
Por otra parte, el nuevo paquete de medidas anunciado por parte de los Departamentos del Tesoro y Comercio de EU, a pesar de ser medidas positivas en el camino hacia el desmantelamiento del bloqueo tienen un alcance muy limitado en términos de los beneficios que pueda reportar a la economía cubana.
En enero del 2015, el presidente Obama aprobó y autorizó las inversiones en Cuba en la esfera de las telecomunicaciones, lo cual demuestra que sí se puede; sin embargo, no se ha querido hasta ahora usar esas prerrogativas que él tiene para permitir que las inversiones de compañías estadunidense en Cuba puedan hacerse en otros muchos sectores de nuestra economía y no solamente en las telecomunicaciones.
Se mantiene vigente la prohibición de inversiones en Cuba excepto las ya aprobadas para el sector de las telecomunicaciones; no hay una expansión de las exportaciones más allá de las ventas autorizadas anteriormente y que excluyen a sectores claves de la economía cubana como el turismo, la producción energética, la perforación y exploración petrolera y, la industria minera; se mantienen las restricciones para las exportaciones cubanas, especialmente las provenientes del sector estatal con la única excepción ahora de los productos farmacéuticos.
¿Por qué no autorizar importaciones de productos cubanos a EU, más allá de los elaborados por el sector no estatal, si al mismo tiempo la Directiva invita a estimular el crecimiento sostenible de la economía cubana?
¿Por qué ahora un estadunidense que viaja a Cuba puede comprar una caja de tabacos y una empresa cubana no puede exportar la misma caja a EU?
Por otro lado, sigue siendo muy restringido el espacio de maniobra de Cuba en el sector financiero. Se ha mantenido sin cambios la prohibición para que Cuba pueda abrir cuentas corresponsales en instituciones bancarias estadunidense.
Solamente durante la Presidencia de Obama, la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de EU ha impuesto multas a personas y compañías de otros países por un monto aproximado de 14 mil millones de dólares.
El presidente Obama concluirá su mandato dentro de pocos meses, él se irá, pero el bloqueo se queda.
Ante estos hechos, lo que corresponde es contrastar las palabras con los hechos. Y ellos son, que el bloqueo persiste; daña al pueblo cubano, daña a Cuba en su conjunto, daña el funcionamiento de nuestra economía. A partir de su marcado carácter extraterritorial daña las relaciones de Cuba con terceros países y de terceros países con Cuba e incluso, daña las relaciones que pudiéramos tener con los propios EU. Es injusto, inhumano, inmoral e ilegal y debe cesar unilateral e incondicionalmente.
El voto estadunidense en abstención de hoy (ayer) envía una señal promisoria, esperemos ahora que se refleje en la realidad, haciendo uso el inquilino de la Casa Blanca de sus amplias facultades ejecutivas, que le permitirían de usarlas con determinación, transformar de forma sustantiva la aplicación práctica del bloqueo en contra del pueblo cubano.
El resultado histórico de 191 votos a favor y ninguno en contra en la ONU, no son solo un éxito de Cuba, lo es también de todos los Gobiernos y pueblos, Parlamentos, fuerzas políticas y movimientos sociales, representantes de la sociedad civil, organizaciones internacionales y regionales que han contribuido con su voz o su voto año tras año a fundamentar la justeza y la urgencia de la abolición del bloqueo. Ahora lo que corresponde es que el Congreso de EU derogue el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto unilateralmente por Washington a La Habana desde 1962.
* Encargado de asuntos de prensa de la Embajada de Cuba en México
Tomado de El Sol de México
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