“ (…) tengo el gusto de ir
(es un ejemplo)
a un banco y hablar con el administrador,
no en inglés,»no en señor,
Cuando yo era niño y luego cuando ya no lo era tanto, resultaba común el uso generalizado de la palabra compañero o compañera, según el caso. Esta expresión cordial y proletaria se había afianzado en el acervo popular del cubano, como uno de los frutos nacidos al calor del proceso revolucionario y devino en forma casi exclusiva para dirigirnos a una u otra persona de la cual lógicamente no conocíamos el nombre.
A veces se exageraba su poquito y eso tengo que reconocerlo, una vecina de por allá, apodada lolita CO2 (por su estrecha relación con el calentamiento global) muy apasionada en los momentos más íntimos de relaciones pasajeras que solía tener con frecuencia si casi conocer los nombres de los “afortunados” , en medio de emociones propias de la ocasión más de una vez fue escuchada al expresar entre suspiros: “ Ay compañero béseme, béseme fuerte” y cosas que…
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