La constitución cubana, proclamada el 24 de febrero de 1976 en acto solemne y público, ensalza la dignidad del ser humano como piedra angular en la sociedad socialista.
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El estado cubano garantiza, así lo refrenda la constitución, que no haya joven que no tenga oportunidad de estudiar. Foto: Jose M. Correa
«Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre».
Así lo proclamó José Martí en el siglo XIX y así aparece reflejado en la Constitución de la República de Cuba, por eso no es casual que el proceso revolucionario en la Isla y el rumbo que tomó el país a partir de 1959 con el triunfo de la revolución liderada por Fidel, tengan un carácter esencialmente humanista.
La constitución cubana, proclamada el 24 de febrero de 1976 en acto solemne y público, ensalza la dignidad del ser humano como piedra angular en la sociedad socialista y no son pocos los puntos que tiene en común con la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Desde el primer artículo del capítulo 1 anuncia principios inherentes a todos los ciudadanos.
«Cuba es un Estado socialista de trabajadores, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos, como república unitaria y democrática, para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana».

Representantes de las Naciones Unidas de todas las regiones del mundo adoptaron formalmente la Declaración Universal de Derechos Humanos el día 10 de diciembre de 1948. Foto: http://www.unidosporlosderechoshumanos.mx
Más adelante señala:
«El Estado reconoce, respeta y garantiza la libertad religiosa. En la República de Cuba, las instituciones religiosas están separadas del Estado. Las distintas creencias y religiones gozan de igual consideración».
Al pormenorizar las funciones del Estado, la Ley de leyes aclara:
«(el Estado) como Poder del pueblo, en servicio del propio pueblo, garantiza: que no haya hombre o mujer, en condiciones de trabajar, que no tenga oportunidad de obtener un empleo con el cual pueda contribuir a los fines de la sociedad y a la satisfacción de sus propias necesidades; que no haya persona incapacitada para el trabajo que no tenga medios decorosos de subsistencia; que no haya enfermo que no tenga atención médica; que no haya niño que no tenga escuela, alimentación y vestido; que no haya joven que no tenga oportunidad de estudiar; que no haya persona que no tenga acceso al estudio, la cultura y el deporte».
Tan importante como las garantías que legalmente protegen al ciudadano, es que la Constitución expone de manera explícita que cualquier forma de discriminación lesiva a la dignidad humana está proscrita y es sancionada por la ley.

Los servicios de salud con carácter universal y gratuito son una prueba fehaciente de los derechos de que disfrutan los cubanos. Foto: Miguel Febles Hernández
Todo esto le confiere fuerza legal a lo que desde los albores de la nacionalidad fue el sueño de generaciones de cubanos, quienes movidos por un ideal independentista y humanista lucharon primero contra el dominio colonial español y luego contra los gobiernos pro imperialistas, que entre 1902 y 1958 respondían a los intereses de Estados Unidos.
A mediados del siglo XX la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó el documento que en 30 artículos resume los derechos humanos básicos.
Cuba estuvo entre los 48 países que el 10 de diciembre de 1948 votaron en París a favor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH). La conmoción por la estela de horrores que dejó la segunda guerra mundial y los intentos aislados y esporádicos de algunas naciones fructificaban en un documento que proporcionaba garantías a los individuos ante los poderes públicos.
La DUDH reconoce —y así los clasificaba René Samuel Cassin, redactor principal— derecho de carácter personal, del individuo en relación con la comunidad; económico, social y cultural; así como de pensamiento, de conciencia, de religión y libertades políticas. No obstante su amplio alcance, la declaración no constituye un documento obligatorio para los estados signatarios.
El compromiso de la Mayor de las Antillas con la DUDH va mucho más allá de garantizar a sus ciudadanos alta cobertura de servicios sociales, un sistema de salud universal y gratuito, así como educación de probada calidad, pues en reiteradas ocasiones ha condenado en escenarios internacionales las violaciones a la integridad de los pueblos y los individuos que aún se comenten.
Desde el 2006 (año fundacional), Cuba es miembro del Consejo de Derechos Humanos, el organismo de las Naciones Unidas encargado de fortalecer la promoción y protección de los derechos humanos en todo el mundo.
Dentro de este consejo la Isla ha tenido dos mandatos consecutivos: 2006 – 2009 y 2009 – 2011. El año pasado nuevamente fue reelegida para el periodo 2017 – 2019.
El Estado cubano realiza ingentes esfuerzos para ofrecer protección, seguridad y garantías a sus ciudadanos, incluso en las condiciones más adversas. Por eso no podemos olvidar que la política de asfixia que a través del bloqueo económico, comercial y financiero implementa el gobierno de Estados Unidos contra Cuba, constituye una violación sistemática de los derechos humanos.
Tomado de Granma
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