Por Miguel Cruz Suárez
Borrar puede ser un acto necesario, cuando ese borrón y cuenta nueva supone una rectificación edificante o una segunda oportunidad para hacer mejor las cosas, pero si el borrado tiene fines aviesos y es aliado de las peores intenciones, entonces es una acción peligrosa y deplorable.
Lamentablemente hoy la goma no está en buenas manos y los que pretenden usarla afincan el aditamento sobre algunas cosas que mucho les convendría eliminar. Para Cuba que resiste, la mano que mueve la goma tiene planes muy precisos y arden en deseos de suprimir ciertas cosas que no los dejan dormir; así, por ejemplo, añoran borrar:
• Los veros de Bonifacio Byrne.
• La última carta de Martí a Manuel Mercado.
• La protesta de Baraguá.
• La Carta de Calixto García al General Shafter.
• La Historia me Absolverá.
• La ley de Reforma Agraria.
• Los mercenarios por compota.
• Los Cinco Puntos de la Crisis de Octubre.
• Cuito Cuanavale
• La Misión Barrio Adentro
• El concepto de Revolución
La lista es más grande, la tinta es buena y la goma ha resultado ineficaz.
Tomado del muro de facebook del autor
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