Por Por Martha Andrés Román
Casi medio siglo después de la despenalización del aborto en Estados Unidos, muchas personas luchan aún por defender el derecho de las mujeres a ese procedimiento, en medio de crecientes esfuerzos para prohibirlo.
Fue en 1973, mediante el fallo Roe contra Wade, que la Corte Suprema reconoció la legalidad del derecho a abortar en virtud de la Decimocuarta Enmienda de la Constitución, lo cual fue ratificado en 1992 en el caso Planned Parenthood contra Casey.
Sin embargo, ninguno de esos dos importantes pronunciamientos del máximo tribunal del país dio por terminada la polémica que continúa con fuerza en la sociedad norteamericana.
En diferentes ámbitos es posible ver el enfrentamiento entre la postura conocida como ‘provida’ (quienes argumentan que la vida comienza en el momento de la fecundación y se oponen al procedimiento), y la ‘proelección’ (defensores de los derechos reproductivos de las mujeres y del acceso al aborto).
Por lo general, la primera de esas posiciones en Estados Unidos corresponde a personas de tendencia conservadora y la segunda es más frecuente entre quienes se identifican como liberales, lo que lleva a vincular la visión provida con los republicanos y la proelección con los demócratas, aunque no siempre ocurra de ese modo.
Durante su campaña como candidato republicano, el presidente Donald Trump aseguró muchas veces que era provida y prometió nominar a la Corte Suprema a jueces que votarían a favor de anular el fallo de Roe contra Wade.
Uno de los principales éxitos de su presidencia fue, precisamente, llevar a dos nuevos magistrados conservadores al tribunal de nueve miembros vitalicios: Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh.
La llegada de ambas figuras a la Corte Suprema pareció servir de estímulo a los esfuerzos de legisladores en estados mayoritariamente republicanos donde en los últimos meses se aprobaron o se introdujeron proyectos de ley para restringir el acceso al aborto.
Casi todos los 50 estados del país ponen límites a esa práctica en casos específicos, como el hecho de prohibirla cuando se ha llegado al punto en que el feto podría sobrevivir después del parto, lo cual generalmente sucede a partir de las 24 semanas de embarazo.
Recientemente, sin embargo, provocó gran alarma entre los defensores de ese derecho la aprobación en seis territorios (Georgia, Iowa, Ohio, Kentucky, Mississippi y Dakota del Norte) de normativas que vetan el aborto a partir de la sexta semana de gestación.
En lo que va de 2019 también se introdujeron legislaciones contra el aborto después de las seis semanas en 11 estados (Texas, Tennessee, Missouri, Carolina del Sur, Illinois, Louisiana, Florida, Maryland, Minnesota, Nueva York y Virginia Occidental).
Tennessee y Carolina del Sur rechazaron esas propuestas, y Nueva York no solo evitó avalarla, sino que aprobó un proyecto que protege los derechos de realizar ese procedimiento.
En Missouri, en cambio, la legislatura estatal sí le dio luz verde el 17 de mayo a una de las llamadas leyes de latido del corazón, que prohíben una interrupción después que se detecte el latido de un feto, y en este caso se marcó como límite las primeras ocho semanas de embarazo.
Solo dos días antes había sido promulgada en Alabama la Ley de Protección de la Vida Humana, la cual se considera la más restrictiva del país, pues impide todos los abortos a menos que el embarazo represente un riesgo grave para la vida de la mujer, y no comprende excepciones en caso de violación o incesto.
Mediante esa la legislación se penaliza la interrupción del embarazo, porque clasifica al aborto en cualquier momento de la gestación como un delito mayor de clase A, punible con condenas de 10 a 99 años para los doctores que lo realicen.
Tras ese hecho no se hicieron esperar las reacciones de rechazo con protestas públicas, críticas en las redes sociales y anuncios de demandas legales y la medida resultó tan controvertida que miembros del Partido Republicano, incluyendo el propio Trump, trataron de distanciarse de ella.
De momento ninguna de esas normativas ha entrado en vigor, debido a la interposición de desafíos legales que han impedido su puesta en marcha, pero muchas voces alertan que, particularmente en el caso de la de Alabama, ese era el objetivo de quienes diseñaron el proyecto.
Esta ley trata sobre desafiar a Roe contra Wade y proteger las vidas de los no nacidos, porque un bebé no nacido es una persona que merece amor y protección, dijo la representante estatal republicana Terri Collins, quien patrocinó la legislación.
De ese modo, confirmó el interés de sus promotores en que se interpongan demandas contra la ley que muevan el tema a través del sistema judicial del país y hasta la Corte Suprema.
La apuesta de Collins y de otras figuras con criterios similares al suyo es que, con el actual balance de fuerzas en ese órgano (cinco jueces conservadores frente a solo cuatro liberales), se abra el camino que conduzca a revertir el histórico fallo de 1973.
EL DERECHO AL ABORTO, UNA LUCHA QUE CONTINÚA
El 19 de mayo cientos de manifestantes marcharon al Capitolio de Alabama para protestar contra la norma promulgada días antes, y gritaron consignas como ‘ÂíMi cuerpo, mi elección!’.
Durante esa movilización, la directora ejecutiva y presidenta de la organización Planned Parenthood Southeast, Staci Fox, manifestó que vetar el aborto no detiene esa práctica, sino que evita su realización de forma segura, según citó la agencia Associated Press.
Ello refleja el sentir de muchos demócratas y los defensores de ese derecho, quienes estiman que la medida de Alabama llevaría el procedimiento a la clandestinidad, lo cual pondría en peligro las vidas de mujeres y niñas, y afectaría de manera desproporcionada a las pobres y miembros de minorías.
‘Queremos que sean seguros, y queremos que sean pocos, pero deberían ser legales, porque habrá abortos’, manifestó durante la discusión de la ley la senadora del partido azul Linda Coleman-Madison, una de únicas cuatro féminas en la Cámara Alta de Alabama, de 35 miembros.
Para este martes 21 de mayo, grupos de mujeres y organizaciones de derechos civiles preparan protestas contra las medidas antiaborto frente a legislaturas estatales, plazas de las ciudades y juzgados, además de que esperan realizar otras acciones durante la semana.
En todo el país, estamos viendo una nueva ola de prohibiciones extremas, lo cual elimina la libertad reproductiva y representa un asalto total al acceso al aborto, señala la página digital de la iniciativa, bautizada como #StopTheBans (Detener las prohibiciones).
‘Los políticos no deberían tomar decisiones, es mejor dejarlas en manos de las mujeres, sus familias y sus médicos’, indicó el sitio web que convoca a las manifestaciones.
Mientras el tema gana cada vez más atención en un país fuertemente dividido en muchos aspectos, también se perfila como un asunto de importancia de cara a las elecciones de 2020.
De acuerdo con medios locales, los demócratas esperan que la cuestión tenga más peso en esos comicios que en los de 2016, debido a que ahora la sentencia emitida hace 46 años por la Corte Suprema parece estar más en peligro.
Tomado de Prensa Latina
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