Intervención del Embajador Pedro L. Pedroso Cuesta ante el 66 período de sesiones de la Junta de Comercio y Desarrollo. Ginebra, 26 de junio de 2019.
Señor Presidente, Excelentísimo Embajador Michael Gaffey (Irlanda),
Señor Secretario General Mukhisa Kituyi
Señora Isabelle Durant, Secretaria General Adjunta de la UNCTAD
Excelencias,
Distinguidos colegas y funcionarios de la Organización,
La delegación de Cuba se asocia a las intervenciones realizadas en nombre del G77 y China y en nombre del GRULAC.
Señor Presidente, la UNCTAD, como piedra angular en el sistema de las Naciones Unidas para tratar las cuestiones relacionadas con el Comercio y el Desarrollo, así como otros aspectos vinculados con las finanzas, la tecnología, la inversión y el desarrollo sostenible, ha desempeñado un papel relevante para los países en desarrollo y debe seguirlo haciendo aún más.
El mandato que se adopte como resultado de la XV Conferencia Ministerial de la UNCTAD, que regirá el trabajo de esta Organización por otros cuatro años, deberá tomar en consideración un contexto global donde lo esencial, aunque todavía importante, ya no se trata del intercambio desigual u otras problemáticas asociadas, sino de un comercio global cada vez más influido por los nuevos desarrollos de la ciencia, en particular, la inteligencia artificial y las plataformas digitales, que le están cambiando la faz al comercio mundial. Es en ese entorno que la UNCTAD debe tener cada vez más presente en su proyección, los problemas que enfrentan las economías más vulnerables, el respeto a los espacios de política, el trato especial y diferenciado, el Principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, los desafíos frente al cambio climático y otros tantos aspectos relevantes.
Señor Presidente, para nuestro país resulta de vital importancia que cualquier documento resultante de la XV Conferencia Ministerial, refleje, como ha sido hasta el momento, la necesidad de ponerle fin a las medidas coercitivas unilaterales que afectan el desempeño económico y social de nuestros países y contravienen la Carta de las Naciones y el Derecho Internacional. En los últimos tiempos ha habido un incremento significativo del uso de estas medidas, lo que demuestra fehacientemente la pertinencia y urgencia de este mandato.
En el caso de Cuba, la escalada de acciones agresivas y de nuevas disposiciones de este tipo, destinadas a obstaculizar aún más el desarrollo económico y social de mi país, me obliga a referirme al tema.
El pasado 17 de abril, el gobierno de los EE.UU. anunció la adopción de medidas de recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba hace casi 60 años, con la activación en su total alcance de la Ley Helms-Burton, contraria a los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas y del Derecho Internacional, incluidas las reglas del Sistema multilateral de comercio.
Dichas medidas implican que se realicen demandas judiciales en tribunales estadounidenses contra entidades cubanas y extranjeras fuera de la jurisdicción de los EE.UU. y que se endurezcan los impedimentos a la entrada en este país de directivos de empresas extranjeras y sus familiares que invierten en propiedades que fueron nacionalizadas legítimamente por el gobierno de Cuba, conforme al Derecho Internacional. Ello constituye una aberración legal, que, entre otras cosas, determinó que ningún gobierno estadounidense desde la adopción de esa legislación en 1996 hasta ahora, incluido el propio Presidente Trump en sus dos primeros años de mandato, la aplicara.
Todas estas disposiciones y las que adicionalmente conforman el entramado de regulaciones del bloqueo económico, comercial y financiero que EE.UU. aplica contra Cuba, dificultan el normal comportamiento del comercio de mi país en franca violación de las normas establecidas en esta Organización, y perjudican a terceros países que desean comerciar con Cuba.
Asimismo, constituyen una afrenta a la comunidad internacional que por 27 años consecutivos ha condenado, casi por unanimidad, el bloqueo de los EE.UU. contra mi país, incluida la Ley Helms-Burton, y llamado a ponerle fin, mediante sucesivas resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas y las declaraciones de las Cumbres de Jefes de Estado y/o Gobierno de la Unión Europea-América Latina y el Caribe, de la Unión Africana, de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC), del Grupo de los 77 más China y del Movimiento de Países No Alineados, entre otras organizaciones.
Nuevas medidas fueron anunciadas el 4 de junio. Esta nueva escalada, refuerza aún más las duras restricciones que ya sufren los ciudadanos estadounidenses para viajar a Cuba, agrega prohibiciones absolutas para embarcaciones de todo tipo procedentes de Estados Unidos y prohíbe de inmediato que buques cruceros visiten nuestro país.
La pretensión continúa siendo arrancarle concesiones políticas a la nación cubana, mediante la asfixia de la economía y el daño al nivel de la población. En este caso particular, las medidas buscan también impedir que el pueblo de Estados Unidos conozca la realidad cubana y realzar el efecto de la propaganda calumniosa que a diario se fabrica contra nuestro país.
Sr. Presidente, no caben dudas, que son múltiples los desafíos a los que la comunidad internacional se enfrenta. También el Sistema Multilateral de Comercio, al que pertenecemos la mayoría de los Estados Miembros de la UNCTAD, se enfrenta a tensiones comerciales que tienen repercusiones económicas reales que aumentan la incertidumbre y provocan perturbaciones. A ello se suma que la mayoría de los mandatos emanados de las Conferencias Ministeriales de la OMC, continúan vigentes y, a la fecha, no se aprecian avances que indiquen que se cumplirá alguno de ellos. La necesaria revitalización de la UNCTAD a la que aspiramos, debería ser el resultado de los mandatos gubernamentales de sus Estados Miembros y la Asamblea General y no de ningún proceso externo.
Mucho trabajo nos queda por delante, aunque lamentablemente no parecería que exista la voluntad política por parte de algunos actores fundamentales para lograr resultados balanceados. Otros, abiertamente, se alejan del multilateralismo y se aferran a peligrosos nacionalismos y proteccionismo.
No renunciaremos a continuar defendiendo los principios del multilateralismo, abogando por un sistema multilateral de comercio basado en normas y respetuoso de la decisión soberana de cada Estado de elegir su sistema económico y social de desarrollo.
Sr. Presidente, finalmente, y tras haberse alcanzado un acuerdo en el día de ayer, acogemos con beneplácito que la XV Conferencia Ministerial de la UNCTAD se celebre en Barbados y que con ello se respete el principio de rotación geográfica. Confiamos en que esta Conferencia sea todo un éxito.
Cuba se complace en reiterar su compromiso de continuar trabajando constructivamente con la UNCTAD.
Muchas gracias.
Tomado de Cubaminrex-Misión Permanente de Cuba en Ginebra
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