El General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de la República, y Nicolás Maduro Moros, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, presidieron la clausura del evento
Por Madeleine Sautié, Nuria Barbosa León

El encuentro dedicó un espacio a exigir la liberación del expresidente brasileño Lula da Silva. Foto: Endrys Correa Vaillant
El sitial que ocupa Cuba en materia política es el que piensa a la Humanidad como una patria común, en la que todos los hombres laten juntos y con iguales derechos en un mismo corazón. Por esta razón su territorio ha sido, es y será siempre espacio para que en sus predios se denuncie la codicia imperial, tal como sucedió en el Encuentro Antimperialista de Solidaridad, por la Democracia y contra el Neoliberalismo, celebrado en el Palacio de Convenciones desde el viernes hasta ayer, con la participación de 1 332 delegados de más de 86 países. Por la importancia de lo vivido en estos días, Granma le ofrece a sus lectores una síntesis de lo acontecido en estas tres jornadas.
PRIMERA JORNADA
Presidido por José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado, abrió sus puertas el Encuentro.
«Se siente en esta sala la expresión profunda de las luchas de nuestros pueblos», expresó el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, al intervenir en la apertura del foro.
El Canciller cubano afirmó que el actual Gobierno estadounidense incrementa la injerencia en los asuntos de nuestros Estados, y alertó: «Siento el deber de expresarles que vienen tiempos difíciles en que los esfuerzos de todos serán decisivos y determinantes». Ante la hostil política de EE. UU. contra Cuba, el Ministro de Relaciones Exteriores dijo que el gobierno de ese país incurre en violaciones de los Derechos Humanos de cubanas y cubanos, y además ha lanzado una campaña de agresión contra la cooperación médica que nuestro país brinda a los más necesitados. «Agradecemos la solidaridad que ustedes expresan frente a la agresión que nuestro pueblo resiste y resistirá hasta las últimas consecuencias», expresó.
Oportunas fueron las palabras de Fernando González Llort, presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, dirigidas al auditorio, al recordar al Comandante en Jefe Fidel Castro: «En esta sala Fidel expresó que, si otra vez viniera en el Granma, lo haría con los movimientos sociales a bordo».
En este primer día, el panel sobre los retos de la izquierda en el actual escenario ante la ofensiva imperialista resultó un intervalo de reflexión para los delegados, quienes defienden la importancia de presentar un modelo alternativo al que impera en un mundo unipolar y capitalista. El investigador argentino Atilio Borón alertó sobre la necesidad de reconocer que la derecha, esa que tiene en sus manos los poderosos medios de comunicación, cuenta con grandes sumas de dinero, las cuales aprovechan para implantar sus líneas de mensajes y ocultar la verdad.
El líder del Partido Comunista de España, José Luis Centella, dijo que «si no derrotamos a la derecha, esta puede ser un peligro no solo para la humanidad, sino también para el planeta». Hizo también un llamado a la izquierda para que sea capaz de cooperar, aunar esfuerzos y lograr que el año 2020 sea una arremetida de los pueblos contra el imperialismo. «La resistencia tiene que dar lugar a la contraofensiva», acotó.
Ana Luz Farías, coordinadora de la Marcha Mundial de Mujeres, expresó que nuestra lucha es de resistencia y debe basarse en la solidaridad, la democracia y una sociedad socialista para todos los pueblos del mundo, sin fronteras.
Yasmina Bárbara Vázquez Ortiz, académica del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos, de la Universidad de La Habana, explicó que la derecha que enfrentamos es expresión de las particularidades que adquieren las disputas multidimensionales por el poder en el imperialismo del siglo XXI, en medio de un proceso que se ha denominado completamiento de la concentración de las riquezas y el capital, a la concentración del poder político.
«Una de las principales estrategias de subversión del imperialismo es el llamado a la formación de movimientos ciudadanos y partidos desideologizados, y la promoción de acciones de protesta social, que incluyen hasta manuales con orientaciones precisas para cada caso», explicó la académica.
Como bien exhortaron muchos de los especialistas y delegados durante sus intervenciones, la utilización de las herramientas hipermediales es un arma de estos tiempos.
SEGUNDA JORNADA
La segunda jornada del Encuentro Antimperialista de Solidaridad, por la Democracia y contra el Neoliberalismo vivió un especial momento cuando se le entregó a Gleisi Hoffmann, presidenta del Partido de los Trabajadores de Brasil, las 2 061 565 firmas del pueblo cubano, para exigir la liberación de Luiz Inácio Lula Da Silva.
La acción tuvo lugar en el acto en solidaridad con el expresidente brasileño, y estuvo presidido por los miembros del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, Ulises Guilarte, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, y Teresa Amarelle Boué, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas.
Como un precioso regalo valoró Hoffmann el gesto y expresó que «estamos aquí con una delegación muy representativa de Brasil por el Partido de los Trabajadores y en nombre de todas las entidades y los partidos aquí presentes, saludamos con entusiasmo a la Revolución Cubana», de la cual destacó la resistencia en su lucha contra el imperialismo, el neoliberalismo y por la democracia durante 60 años.
En un mundo tan desigual y excluyente, que concentra las riquezas, y que hoy vive la fase más perversa del capitalismo, «agradecemos a Cuba por ser un faro que orienta la lucha por la determinación de los pueblos, por sus derechos», expresó y agradeció también a la Isla pequeña «pero enorme en sí, por su generosidad» y la solidaridad que siempre ha dado a los pueblos del mundo. «Es mucho el bien que han hecho al pueblo brasileño, cuando enviaron a miles de médicos cubanos a servir a nuestro pueblo», señaló, y lamentó que «hoy infelizmente más de 60 millones de brasileños y brasileñas no cuentan con asistencia básica de salud, por la persecución insana y fascistoide a los cubanos por parte de un hombre que llegó de forma ilegítima a la Presidencia de la República, Jair Bolsonaro», remarcó.
La Presidenta del pt aseguró que Brasil no olvidará jamás el gesto cubano de recoger más de dos millones de firmas en apenas 14 días para reclamar la libertad del mayor de sus líderes políticos, el compañero Luiz Inácio Lula da Silva y agradeció al icap, a la Central de Trabajadores de Cuba, a la Federación de Mujeres Cubanas, y a todas las organizaciones que forman parte del Comité de Solidaridad en pro de la liberación de Lula, y al Comité Central del Partido Comunista de Cuba. «Cuba tiene 11 millones de habitantes y nos ha entregado el 20 % de las firmas de sus habitantes», valoró, a la vez que explicó que la lucha por la libertad de Lula es también la lucha por la libertad del pueblo brasileño y de Brasil, «libertad de las garras del neoliberalismo, del autoritarismo y de la destrucción del estado brasileño», argumentó.
En un aparte Hoffmann denunció que «han criminalizado, culpado y condenado no a un hombre, sino a un proyecto de desarrollo de país», que ya daba salida económica y social a la mayoría de los pobres brasileños, y recordó que «Lula ha sido condenado sin pruebas, en un proceso manipulado y altamente politizado, conducido por un juez entrenado por el Departamento de Justicia estadounidense, que después de hacer el servicio de condenar a Lula, ganó como premio el Ministerio de Justicia del presidente que él ayudó a elegir, al sacar a Lula de la disputa electoral». Sergio Moro y su grupúsculo persiguieron a Lula y entregaron «la mayor riqueza de nuestro país, nuestro petróleo, a los intereses extranjeros a la voracidad imperialista estadounidense», sentenció.
Otro elemento destacado por Hoffmann, como parte del Brasil actual es «la combinación perfecta de las fake news y el estímulo a la violencia para que la política neoliberal pueda retomar su posición en la conducción del Estado», pero –aseveró– «hay resistencia y lucha, siempre fortalecida por el apoyo y la
solidaridad de todos los presentes aquí», lo cual brinda fuerzas para continuar adelante y ofrece la dimensión de la lucha mayor del pueblo latinoamericano.
La victoria de Obrador en México, de Alberto y Cristina en Argentina, de Evo en Bolivia, el pueblo en las calles de Ecuador y Chile, el resultado electoral en la capital colombiana, la resistencia de los pueblos venezolanos y cubanos, «todo ello nos muestra el camino a seguir. Persistencia firme y unidad de la izquierda para barrer todas las injusticias en el mundo», refirió.
Otro momento significativo fue la intervención de Guilarte de Nacimiento: «El mundo ha sido testigo hace más de un año y medio de las injusticias cometidas contra el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva por parte de la derecha oligárquica de su país, que siente temor a su liderazgo integracionista, humanista y latinoamericanista», dijo y repasó las actuales condiciones del líder brasileño, prisionero desde abril de 2018 por delitos que no cometió, y víctima de «la persecución judicial, mediante un entramado legal amañado y corrupto, que tiene hoy como principal representante al presidente Jair Bolsonaro», lacayo de la Casa Blanca, destructor de las conquistas sociales del pueblo brasileño y calumniador en contra de la Revolución Cubana y de sus colaboradores de la salud.
De Lula, recordó su condición de estadista de talla mundial y el éxito de sus políticas sociales en apenas ocho años de Gobierno, nunca antes vividas en Brasil. «Fidel siempre nos enseñó que solo los que luchan y resisten tienen derecho a la victoria. Así también piensa y actúa el compañero Lula», concluyó Guilarte y llamó a Fernando González Llort, héroe de la República de Cuba, a entregar a la delegación brasileña un cuadro con la imagen de Fidel y Lula.
En el panel Desafíos para una articulación solidaria de nuestras luchas, se cuestionó cuáles son los retos ideológicos, comunicacionales y organizativos que enfrentamos. El intercambio fue iniciado por la representante de la Jornada Continental, Jordania Ureña, quien expresó que hoy «la derecha invade nuestras sociedades con el discurso del miedo y del odio». La activista también comentó que el Fondo Monetario Internacional ha regresado con políticas neoliberales que ahogan a los más desposeídos y que las empresas transnacionales juegan un papel esencial en la violación de los derechos de los pueblos. «La unidad es clave para enfrentar las fuerzas de la muerte, ni un paso atrás, seguimos en lucha», dijo.
Karin Nansen, presidenta de Amigos de la Tierra Internacional, hizo énfasis en la necesidad de unir las fuerzas. «Enfrentamos una crisis sistémica y estructural que no puede resolverse desde acciones individuales. Para articularnos necesitamos comprensión común, solidaridad, poder popular, formación política y comunicación», alegó.
Por su parte Gail Walker, directora ejecutiva de la Fundación Interreligiosa para la Organización Comunitaria-Pastores por la Paz, expresó: «Hay varios estudiantes estadounidenses miembros del ejército de batas blancas aquí con nosotros. Agradecemos a Cuba por su solidaridad con nuestro pueblo a pesar del bloqueo de EE. UU.», comentó.
Manuel Bertoldi, miembro de la Secretaría Continental del alba Movimientos y del Movimiento Patria Grande, expresó que «necesitamos construir desde las fuerzas populares para disputar a las mayorías. Tener bloques populares nacionales, contar con un programa político con el pueblo y con una fuerte movilización».
Mónica Valente, miembro del pt de Brasil, dijo que en la lucha debemos unir lo nacional y lo regional; retomar Unasur; el diálogo de fuerzas políticas y movimientos sociales; la solidaridad como antídoto a los males subjetivos del neoliberalismo. «Avanza la lucha contra el imperio y neoliberalismo», dijo. En tanto, Ismael Drullet, miembro del Secretariado de la CTC para las Relaciones Internacionales, refirió que el actual escenario supone asumir compromisos con las ideas de Martí, Bolívar, Fidel, Chávez y otros líderes imprescindibles.

El espíritu antimperialista protagonizó cada una de las jornadas. Foto: Endrys Correa Vaillant
TERCERA JORNADA
Convocando a una lucha unida, concluyó el encuentro, clausurado por el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel, en presencia del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, y del Presidente venezolano Nicolás Maduro Moros.
«Les dedico un especial saludo a todos los que resisten y han venido a la capital cubana, que ha sido y siempre será punto de encuentro de quienes defienden la paz y la solidaridad entre los pueblos», dijo el Presidente en un cálido discurso que en palabras conclusivas y en nombre de Cuba reafirmó que «la nueva generación de dirigentes cubanos, formada y educada por la generación histórica de Fidel y Raúl, seguimos siendo revolucionarios, socialistas, fidelistas y martianos y que no cederemos un milímetro en nuestras posiciones a favor de la independencia, la soberanía y la justicia social».
Maduro expresó: «Donde está Raúl está Fidel».
Nuevos y mejores tiempos corren hoy en América Latina, aseguró el dignatario de la República Bolivariana de Venezuela. Maduro, al concluir, exhortó a los presentes: «Tengamos la fuerza para seguir empujando en nuestro siglo. ¡Hasta la victoria siempre!».
Justo ese fue el espíritu que se respiró en el plenario del Palacio de Convenciones de La Habana, al transcurrir la última jornada del Encuentro Antimperialista de Solidaridad, por la Democracia y contra el Neoliberalismo. La relatoría de las comisiones versaron alrededor de la necesidad de la unidad de las fuerzas populares visibilizadas en los sindicatos, movimientos sociales, partidos y organizaciones de masas, para alcanzar más victorias en contra del hegemonismo imperialista, y en especial, ante la política fascista y guerrerista de la actual Casa Blanca, presidida por Donald Trump.
Los delegados patentizaron el apremio de continuar la batalla ideológica y retomar la lucha de clases frente a la lógica capitalista, y denunciaron las diversas estrategias de dominación imperialista, la guerra cultural y mediática muy entrelazadas entre sí con el propósito de enajenar a los pueblos para mantener el dominio del capital.
Para los presentes fue preciso enfatizar en la necesidad de superación política de los comunicadores, resaltando la importancia de los centros de estudios y de la intelectualidad comprometida, sin descuidar las movilizaciones populares, como principal trinchera. Consideraron crucial que las fuerzas de la izquierda construyan su propio relato para escribir la historia desde la perspectiva de las clases más explotadas y aseguraron que la batalla ideológica se gana con la conciencia responsable de las masas.
El aporte de Cuba para alcanzar avances en el movimiento progresista en el mundo, así como su apoyo a los más necesitados y carentes de recursos económicos fue avalado por los presentes. Por ello se pronunciaron por eliminar las bases militares en el mundo y, esencialmente la estadounidense posicionada en Guantánamo, a la par que hicieron un llamado a la paz mundial.
Los asistentes convergieron en señalar que el modelo neoliberal de libre comercio provoca consecuencias negativas para los países como son: la imposibilidad de proteger sus producciones nacionales y sus recursos naturales, lo que deriva en el aumento de la quiebra de sus industrias locales, una estructura de impunidad que permite a las transnacionales irrumpir, saquear, desplazar, comprar, destruir la vida en los territorios sin costo alguno e, incluso, les permite sancionar a gobiernos que intentan regular sus acciones.
Se reconoció el evento como un espacio de encuentro entre las fuerzas de avanzada del mundo y se valoró como un punto para estructurar luchas en contra del neoliberalismo y de la dominación del capital, con estrategias cada vez más sofisticadas y novedosas. Por ello se solicitó dar continuidad en los próximos años a este intercambio de experiencias.
La solidaridad por la descolonización de Puerto Rico, Palestina y del pueblo Saharaui, así como con las protestas en Chile, Ecuador, Colombia y Perú, y con la libertad del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y otros líderes presos por las oligarquías que desean derrocar los pensamientos de vanguardia, fue manifestada en el Encuentro, donde se ratificó el apoyo a la Revolución Bolivariana de Venezuela, al Sandinismo en Nicaragua y a las victorias de Evo Morales en Bolivia y de Alberto Fernández y Cristina Fernández, en Argentina.
Con posterioridad, y con visible espíritu constructivo, franco y abierto para llegar a consensos, oradores de Honduras, Laos, Chile y Ghana alzaron sus voces para convocar a las fuerzas populares del mundo a una lucha unida en contra del capitalismo.
Resaltaron que la lucha en contra del genocida bloqueo estadounidense a Cuba debe mantenerse con nuevas iniciativas y acciones.
La activista chilena Elizabeth Molina relató las movilizaciones que se realizan en su país en contra de las medidas neoliberales dictadas por el Gobierno presidido por Sebastián Piñera y dijo que no pararán hasta que se conquiste establecer una nueva Constitución.
Janna Alonso, de Ghana, resaltó que desde África se defiende a la Revolución Cubana porque se conoce de la vocación solidaria que se ha mantenido por más de 60 años.
Ana Miranda, de España, habló de los lazos históricos existentes entre los pueblos de España y Cuba, describió la situación del capitalismo en Europa y aseguró que se mantiene la lucha por un cambio en el mundo; Elena Flores, de Honduras, agradeció la solidaridad que el pueblo de Cuba ha brindado a su país, principalmente en la colaboración médica y la alfabetización en pueblos radicados en comunidades apartadas, incluyendo a los pueblos originarios del continente.
Una gran fuerza revolucionaria inundó la sala del plenario, donde se corearon consignas en contra del imperialismo y en apoyo a las luchas sociales.
Tomado de Granma
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