Por Maitte Marrero Canda
Tres fotos reflejan hoy la felicidad de cada guatemalteco humilde con la obra solidaria que por 21 años mantiene la Brigada Médica Cubana (BMC) en los lugares más intrincados de esta nación.
Un país devastado por el huracán Mitch convocó a los primeros galenos cubanos, quienes abrieron el camino de una colaboración humanitaria intacta hasta hoy con el respaldo institucional.
Los precursores llegaron aquí un 5 de noviembre de 1998 y la experiencia inicial abrió el camino de una colaboración humanitaria que busca detener un huracán mucho más silencioso y terrible que el Mitch, la muerte por enfermedades previsibles.
Esta ha sido la premisa de la BMC y sus más de 400 integrantes festejan este martes un nuevo aniversario en cada centro, puesto o área de salud, hospitales o programas conjuntos, donde buscan a diario modificar indicadores en alza como mortalidad infantil y materna, embarazos en edades tempranas o combate a la ceguera.
Sayaxché, Joyabac, Fray Bartolomé, Huehuetenango, Zacapa, Petén, Escuintla y San Marcos son algunos parajes que conocen de sus pasos por recónditas aldeas y comunidades.
Allí se adaptan a las alturas, al polvo, a los temblores, al frío intenso o al calor extremo, así como a lenguas y costumbres diversas.
También se enfrentan a enfermedades superadas en la Isla o nunca vistas, y a las marcas de la pobreza extrema, sobre todo en los niños, donde más duele para un cubano.
Su alcance llega a 16 de los 22 departamentos de Guatemala, más del 70 por ciento de su geografía, y atienden mayoritariamente a una población indígena, históricamente discriminada.
Este año, sus filas se nutren del relevo. Una parte cumple aquí su tercera o segunda misión médica, lo cual prestigia la labor asistencial, y otros llegan por primera vez a seguir los pasos de quienes le antecedieron.
Como reciente experiencia atesoran la atención a los damnificados por el volcán de Fuego, en junio del pasado año, y entre los planes futuros tienen la meta de incrementar especialidades como Medicina Interna, Cirugía, Ortopedia, Ginecoobstetricia y Pediatría, muy demandadas por el Sistema de Salud guatemalteco.
Las vidas salvadas registran un acumulado histórico de 332 mil 327, de 1998 hasta octubre de 2019, en tanto los casos vistos ascienden a 47,8 millones.
Y si de impacto más inmediato se trata, están los ‘hospitales de ojos’ con sedes en los departamentos de Jalapa y Escuintla, y en los municipios de Villa Nueva y Mixco, en esta capital.
Con casi 12 mil cirugías este año a pesar de vaivenes con los insumos quirúrgicos, suman ya 206 mil 303 los pacientes salvados de padecer ceguera toda su vida debido al alto costo de este proceder en las clínicas privadas.
Pero lo más gratificante para este ‘ejército de batas blancas’ es recibir a diario el cariño sincero de sus pacientes.
‘Excelente trabajo de los médicos cubanos en Guatemala, Mis respetos’, escribió Pedro Matom en la página oficial de la BMC en ocasión de este nuevo aniversario.
Violetta Bella aprovechó también la ocasión para dejar un ‘Gracias compañeros y compañeras, los queremos mucho, abrazos.’
Y eso reflejan las tres fotos que acompañan esta nota, una complacidad y cariño propios de quienes saben que la solidaridad no tiene precio.
Tomado de Prensa Latina
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