
Minneápolis en llamas tras la muerte de George Floyd. Foto: Tomada de Twitter
Por Pedro de la Hoz
Músicos, escritores, actores, guionistas, pintores, diseñadores, grafiteros: la comunidad artística de Estados Unidos no solo ha lanzado señales fuertes y claras de repudio al asesinato de George Floyd por un policía de Minneápolis, sino que, a partir de ese brutal suceso, exige justicia y reparación.
En tales expresiones coinciden personas de diversas procedencias étnicas y colores de piel, lo cual indica una creciente toma de conciencia acerca de un mal profundamente arraigado en el sistema social de ese país.
Las agencias de prensa han puesto su foco sobre las reacciones de las llamadas celebridades, como las cantantes Rihanna, Billie Eillish, Ariana Grande, y los actores Jamie Foxx y Ryan Reynolds. Beyoncé y su cónyuge, el rapero Jay Z, que llevan años usando su música para denunciar el racismo, han lanzado un mensaje elocuente. La autora de Single ladies colocó un video en Instagram en el que anima a sus 147 millones de seguidores no solo a protestar, sino también a firmar varias peticiones para que se juzgue a los policías responsables de la muerte de Floyd. «Necesitamos justicia para George Floyd. Todos hemos sido testigos de su asesinato a plena luz del día. Estamos destrozados y muy disgustados. No podemos normalizar este dolor», suscribió la cantante.
El reconocido actor George Clooney escribió en The Daily Beast un artículo en el que concluyó rotundamente: «El racismo es la pandemia de Estados Unidos». En el texto, más allá de la situación actual, reflexionó en torno a hechos similares registrados por largos años: «Necesitamos un cambio sistémico en nuestra aplicación de la ley y en nuestro sistema de justicia penal. Necesitamos políticos que reflejen la equidad básica para todos sus ciudadanos por igual. No líderes que avivan el odio y la violencia». Esto último, lo dijo en alusión a la respuesta del presidente Donald Trump ante las protestas.
El cineasta Spike Lee, sin pelos en la lengua, concordó con Clooney en cuanto a la lamentable naturalización del racismo en Estados Unidos: «La tierra fue robada a los pueblos nativos. Se cometió genocidio contra los nativos y mis antepasados fueron robados de África y traídos aquí para trabajar. Así que los cimientos de Estados Unidos de América son el genocidio, el robo de tierras y la esclavitud. La gente está enojada con motivo. No naces enojado. Te enojas porque vives cada día en este mundo con un sistema que no está configurado para que ganes».
Murales, carteles, dibujos, obras visuales de urgencia están dando cuenta del crimen y de la necesidad de luchar contra el racismo entronizado en la sociedad estadounidense. Una de las acciones más impactantes fue llevada a cabo por Jammie Holmes, al utilizar las últimas palabras de Floyd en las pancartas de los aviones que sobrevolaron el último fin de semana las ciudades de Nueva York, Detroit, Miami, Dallas y Los Ángeles.
DENUNCIA Y SOLIDARIDAD DE LA UNEAC
La Unión de Escritores y Artistas de Cuba condenó el asesinato del ciudadano afroestadounidense George Floyd a consecuencia de la brutalidad policial en una nación donde, bajo la tiranía de Donald Trump, se sienten cómodos y a sus anchas, el Ku Klux Klan, el neonazismo y toda corriente hegemónica y supremacista.
En un pronunciamiento dado a conocer en La Habana, suscrito por la Comisión José Antonio Aponte de la Uneac, la organización que agrupa a la vanguardia artística e intelectual cubana se solidariza «con los hermanos estadounidenses blancos, negros, latinos, nativoamericanos, asiáticos y de cualquier segmento étnico, que cierran filas contra la violación de los derechos humanos y se enfrentan al odio étnico y la discriminación racial».
«El pueblo cubano se siente amigo y hermano del pueblo estadounidense –recalca el documento–. Muchos son los lazos históricos y culturales que unen a ambas naciones. Muchos también pudieran ser sus vínculos políticos y económicos, si no fuera por la agresividad de las administraciones de Washington, desde 1959, hacia la Revolución Cubana, y en grado superlativo, si no fuera por la intolerancia y la obsesión del último inquilino de la Casa Blanca. El pueblo noble de la patria de Martí y Maceo no se alegra del sufrimiento de la patria de Lincoln. Igual que el bloqueo económico, comercial y financiero que impone desde hace seis décadas al pueblo de Cuba el sector más recalcitrante de la élite de poder de Estados Unidos, es condenado por el pueblo noble de ese propio país, Cuba condena enérgicamente la violación de los derechos humanos en los Estados Unidos».
Tomado de Granma
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