
Por Deisy Francis Mexidor
La escritora y activista social estadounidense Margaret Randall afirmó que apoya con todo su corazón la posible nominación del contingente médico cubano Henry Reeve para el Premio Nobel porque es un ejemplo para el mundo.
Una solidaridad que va más allá, pues Cuba ha enviado también maestros, ingenieros y otros especialistas ‘a los lugares más recónditos del mundo a trabajar muchas veces donde ni los locales quieren ir’, expresó Randall desde Albuquerque, Nuevo México, donde reside, en entrevista exclusiva vía Internet con Prensa Latina.
Contó que tuvo el privilegio de vivir en la isla desde 1969 hasta 1980 y fueron años maravillosos para ella. ‘Siempre estaré agradecida a Cuba. Allí se educaron mis cuatro hijos. Vi y sigo viendo a la Revolución cubana como un faro de esperanza a nivel latinoamericano y mundial’, dijo.
Elogió que en la isla su sociedad ‘prioriza el bienestar de su gente y el internacionalismo cubano es realmente increíble’, esto último lo reflejó en un libro publicado en 2017: Exporting Revolution: Cuba’s Global Solidarity.
Randall, quien participó con uno de sus poemas en el reciente Concierto para Cuba del HotHouse de Chicago, ratificó su rechazo al bloqueo que por casi seis décadas imponen los gobiernos de Estados Unidos contra la mayor de las Antillas.
La poetisa, merecedora el pasado año de la Medalla Haydée Santamaría que otorga el Consejo de Estado de Cuba a intelectuales extranjeros, enfatizó que tal cerco económico, financiero y comercial es una política criminal que ‘nunca ha logrado su cometido’ y aseguró que ‘el pueblo norteamericano no está en contra de Cuba’.
Al responder a las preguntas sobre la situación en su país señaló que desde el 25 de mayo pasado el país ha sido escenario de movilizaciones masivas y ‘es de notar que persisten hasta el momento’.
El asesinato de George Floyd -acotó Randall- fue la gota que rebasó el vaso en una larguísima lista de asesinatos de hombres y jóvenes negros a manos de policías. ‘El racismo es endémico en el país y mucha gente está harta ya, pero yo creo que las manifestaciones se llevan a cabo por otras razones también’, comentó la autora de obras como No se puede hacer la revolución sin nosotras.
‘La población consciente está cansada además de Donald Trump, del neofascismo que ha traído, de sus crímenes diarios, de su irresponsable manejo de la pandemia de Covid-19, que ha provocado centenares de miles de muertos innecesarios y de muchas cosas más. Un gran número de ciudadanos?sobre todo jóvenes?saben que si queremos un cambio tenemos que luchar por ello’.
En este punto Margaret alertó que ‘Trump está mandando un ejército de mercenarios a muchas ciudades incluso a la mía, Albuquerque, porque está tratando, según él, de pacificar el país y es algo muy peligroso’.
Con Trump -subrayó- los problemas se multiplicaron de una manera casi imposible de comprender. ‘Es un emperador sin ropa y, sí, Estados Unidos se puede describir como un gigante con pies de barro’, enfatizó.
Randall explicó que la pandemia de Covid-19 y la crisis económica asociada tendrán una influencia el día de las elecciones, el 3 de noviembre. ‘Ambas cosas han mejorado las posibilidades de Joseph Biden y empeorado las de Trump’.
Pero mi miedo es que Trump maniobrará para ganar por las malas si no es posible por las buenas, advirtió al insistir que el gobernante republicano deja ver claramente sus intenciones. «Hay intimidación del voto en áreas donde, por ejemplo, predominan pobres y negros y el propio presidente declaró públicamente que no sabe si saldrá de la Casa Blanca. Hay mucho que temer”, puntualizó.
Opinó que increíblemente Trump, «a base de su racismo, sexismo y xenofobia, ha podido motivar grandes sectores del país que siguen apoyándole en su mayoría» y definió a Biden como «un candidato menor, un tanto opaco, sin carisma alguno», por el que, no obstante, votará pues «es el mejor de dos males».
En marzo de este año Margaret Randall publicó sus memorias (I Never Left Home: Poet, Feminist, Revolucionary) y comenzaba una gira por 11 ciudades estadounidenses cuando llegó la pandemia. Sin embargo, la etapa de aislamiento «me provocó un torrente de poemas, escritos desde la crisis». Así nació Estrellas de mar sobre una playa: los poemas de la pandemia / Starfishon a Beach: The Pandemic Poems, una edición bilingüe de la Editorial Abisinia de Buenos Aires y la Escarabajo de Bogotá, que fue presentado online el miércoles. Según explicó Randall, la edición norteamericana de ese poemario saldrá allá en octubre.
«En estos tiempos de encierro forzado, yo sigo amando, pensando, sintiendo, creando, viviendo», confesó.
Con más de 150 obras publicadas, creadora al fin, siempre tiene un proyecto entre manos. «Un nuevo libro mío se espera en septiembre: My Life in 100 Objects».
Se trata de un centenar de fotos a todo color de objetos que han marcado su vida, desde su primera máquina de escribir, una antiquísima escultura, hasta «los aretes de turquesa que uso a diario o el pasaporte falso que compré para salir clandestina de México en 1969».
Vital a sus 83 años, confiesa sentirse afortunada, «tengo una relación íntima maravillosa y de larguísima duración, mis hijos, nietos y bisnietos están bien, tomo las precauciones necesarias en cuanto a la Covid-19, camino dos millas al día, y sigo escribiendo», expresó.
Para Margaret, si hay un «después» de esta pandemia debe ser un mundo con sociedades más humanitarias y justas. «Quiero imaginar un ‘después’ así».
Tomado de Prensa Latina
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