Por Alfonso Nacianceno
En medio de la situación que enfrenta el país con la COVID-19, los trabajadores del Laboratorio Antidoping de La Habana se esfuerzan por cumplir el compromiso que le hicieran al Comandante en Jefe Fidel Castro, el 13 de febrero de 2001, de ser una institución de excelencia.
Granma conversó con su director, el máster en Ciencias Rodny Montes de Oca, imbuido en esta vorágine que cada día plantea un problema para resolver.
–¿Qué atención han recibido los atletas preseleccionados para Tokio?
–En principio, fueron aislados, como toda la población, en la primera etapa de la COVID-19. Posteriormente, cuando la situación epidemiológica lo permitió, se fueron incorporando a sus sitios de entrenamiento. Muchos atletas no habían clasificado aún y se acercaban los preolímpicos. En total, estuvimos pendientes de entre cien y 120 atletas, pero la selección final aún no se conoce, porque faltan eventos clasificatorios por efectuarse.
–¿Cómo se han mantenido trabajando?
–El personal del laboratorio se mantuvo a distancia, y un reducido grupo de trabajadores estuvo a cargo de mantener la vitalidad, pues había muestras internacionales que conservar, muchas de las cuales no se habían analizado. Además, teníamos el reto de preservar la acreditación de la Agencia Mundial Antidopaje (ama). Aún en las situaciones extremas, salimos satisfactoriamente de estos exámenes y mantuvimos la condición de Laboratorio acreditado por la ama, entre las 26 instituciones mundiales certificadas durante 2020.
–¿Desde cuándo comenzaron a hacer los test a la preselección de Tokio?
–El trabajo comenzó desde el principio de 2020, pues no se sabía si se suspenderían los Juegos; luego hubo un receso y, en ese mismo año, se hicieron varios controles, al menos tres a cada atleta. Muchos de ellos ya están en curso y se espera un incremento de los mismos, pues según la Organización Antidopaje de la República de Cuba, hay que realizarle tres a cada deportista.
–¿Cómo afecta el trabajo la presión que impone el bloqueo?
–El bloqueo ejerce una presión enorme sobre el laboratorio, porque tiene que erogar entre un 40 y un 50 % más de recursos financieros que otros centros del mundo para adquirir los insumos y reactivos en terceros países. En medio de la pandemia, ha sido peor, por la demora en la entrega de los suministros, por dificultades en su producción, así como por las medidas restrictivas de cierres de fronteras. Además, durante la administración de Trump no recibimos los fondos que nos correspondían por servicios prestados a diferentes organizaciones antidopajes internacionales.
–¿Cuántos países latinoamericanos han solicitado a Cuba análisis para sus posibles atletas a Tokio?
–Cuba tiene relaciones de trabajo con más de diez países del área, cuyas pruebas previas a los juegos serán analizadas por nosotros. Realizamos muestras de la Organización Regional al Antidopaje, que involucra a ocho países, y trabajamos con Venezuela, Ecuador, Chile, Perú y República Dominicana, entre otros.
Tomado de Granma
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