
Con 184 votos a favor de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba, este jueves el mundo volvió a ponerse del lado de esta tierra caribeña, o lo que es lo mismo, del lado de lo justo.
Y a ese apoyo internacional, que trasciende la votación misma, también se han sumado por estos días las voces de organismos como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la cual publicó recientemente un informe sobre las consecuencias del bloqueo estadounidense a Cuba.
Reseñado por el sitio web de la Cancillería cubana, el texto señaló que la política de Washington incide negativamente en la implementación de importantes transformaciones en el país, encaminadas al perfeccionamiento de su sistema educativo.
El documento, citado además en un reporte de la Agencia Prensa Latina, hizo referencia a acciones para elevar la eficiencia y calidad del proceso docente, como uso de materiales y equipos de laboratorio, unido a nuevos textos, cuyo acceso e impresión se encarece debido al bloqueo.
De acuerdo con el informe de la Unesco, en la Educación Superior el acceso a tecnologías e insumos es limitado y, a su vez, la imposibilidad de interactuar libremente en los ámbitos académico y de cooperación entre universidades e instituciones investigativas, tanto cubanas como estadounidenses, lacera el intercambio científico.
En el sector cultural, subrayó, el asedio también afecta la promoción y difusión del talento artístico, lo que se hace evidente con las dificultades que enfrentan los músicos cubanos para introducirse en el mercado estadounidense.
Según los datos aportados en el texto, las telecomunicaciones también reciben el impacto del bloqueo, sobre todo a la hora de adquirir materiales, equipos y licencias de software, a lo que se suman las limitaciones en el acceso a Internet, a pesar de los avances experimentados por la Mayor de la Antillas en este campo.
En su informe, este organismo multilateral reconoció, además, el alcance extraterritorial de la política estadounidense contra Cuba, que incide incluso en el normal funcionamiento de su Oficina en La Habana, pues el bloqueo dilata el acceso a fondos, encarece costos, dificulta el seguro médico de su personal y obstaculiza la materialización de proyectos.
Tomado de Granma
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