
Por Carlos Fazio
A partir del domingo 11 de julio Cuba ha sido el blanco de una renovada, intensa y sofisticada operaci贸n de guerra cibern茅tica.
A la par, de la campa帽a de intoxicaci贸n (des)informativa de los medios de difusi贸n masiva cartelizados, de las noticias falsas (fake news), del uso de cuentas ‘influenciadoras’ y de ONGs como herramientas de infiltraci贸n en la sociedad.
Est谩 dirigida a desestabilizar de manera ca贸tica y violenta a la isla, y cuyo objetivo principal es justificar una injerencia militar de Estados Unidos bajo la pantalla de una ‘intervenci贸n humanitaria’ colectiva, con apoyo de sus ‘socios’ europeos de la OTAN y algunos gobiernos reaccionarios de Am茅rica Latina.
En la coyuntura, las acciones encubiertas de la nueva administraci贸n de Joe Biden y Kamala Harris se inscribieron en el marco de la Guerra No Convencional del Pent谩gono, una guerra irregular, asim茅trica, prolongada y de desgaste.
Posee eje en una ‘estrategia de espectro completo’ que abarca una pol铆tica donde lo militar (incluidas la inteligencia, las operaciones psicol贸gicas, la guerra h铆brida, la ciberguerra, el terrorismo, el sabotaje), lo econ贸mico, comercial y financiero (el bloqueo genocida y las sanciones y leyes de alcance extraterritorial como la Torricelli y la Helms-Burton), lo social, lo medi谩tico y lo cultural (en lenguaje orwelliano, el uso de la consigna ‘Patria y Vida’ en contraposici贸n a la simb贸lica frase de Fidel, ‘Patria o Muerte’, pronunciada el 5 de marzo de 1960 en el sepelio de las v铆ctimas de las explosiones en el buque mercante franc茅s La Coubre en el puerto de La Habana), tienen objetivos comunes y complementarios.
Las llamadas guerras de cuarta generaci贸n requieren del control y la conversi贸n instrumental de los medios de difusi贸n masiva (radio, televisi贸n, prensa escrita) en armas de la guerra psicosocial global, en combinaci贸n con las redes inform谩ticas, tanto f铆sicas (fibra 贸ptica, cables, computadoras y dispositivos electr贸nicos para el tr谩fico y generaci贸n de informaci贸n) como sociales, para ser utilizados como herramientas para la difusi贸n de matrices de opini贸n elaboradas en los s贸tanos del Pent谩gono y la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
La dimensi贸n humana es la esencia misma de la guerra irregular. Para la Guerra No convencional, entender la cultura local (identidad, percepciones, valores, creencias del pa铆s objetivo, Cuba en este caso), as铆 como los factores pol铆ticos, econ贸micos, sociales y religiosos, son cruciales para desarrollar actividades de subversi贸n y espionaje.
Para tal fin, desde 2007 la CIA consider贸 prioritario garantizar el acceso a Internet en Cuba, sin el control del gobierno ni de las empresas cubanas de telecomunicaciones, y envi贸 a la isla agentes encubiertos y asesores provistos con tel茅fonos celulares y laptops, y estableci贸 10 equipos BGAN (Broadband Global Area Network), lo que le permiti贸 establecer redes ilegales de comunicaci贸n para la transmisi贸n de datos.
En 2011 Estados unidos cre贸 una red social clandestina similar a Twitter llamada ZunZuneo, impulsada por mensajes de texto, tanto para probar el control tecnol贸gico como para provocar a los j贸venes a manifestarse contra el gobierno cubano, similar a las ocurridas durante la llamada ‘Primavera 脕rabe’.
En 2018, siguiendo las instrucciones del expresidente Donald Trump, se cre贸 la llamada Fuerza de Tarea de Internet para Cuba (o Grupo Operativo de Internet para la subversi贸n en la isla), subordinado al Grupo de Acci贸n Pol铆tica (GAP), que forma parte del Centro de Actividades Especiales, una divisi贸n de la CIA que entre otras misiones realiza an谩lisis basados en el Big Data, procesa perfiles de los sujetos de inter茅s y elabora planes de acci贸n que son enviados a la Fuerza de Tarea para su ejecuci贸n.
El Grupo Operativo de Internet contrata los denominados netcenters y re煤ne a decenas de cibersicarios y haters (hostigadores a trav茅s de las redes sociales), verdaderos mercenarios que realizan campa帽as de descr茅dito o ‘asesinatos del car谩cter’, c铆vico o de la reputaci贸n de personas, mediante campa帽as de rumores, noticias falsas y ‘chismes’, y de la manipulaci贸n de materiales digitales, fotos, conversaciones grabadas, correos electr贸nicos y el robo de contrase帽as para suplantar identidad.
Por deshumanizado que sea, nada detiene a los asalariados de la CIA que siguen los guiones elaborados en los laboratorios de guerra psicol贸gica de la Fuerza de Tarea, lo que guarda un gran paralelismo con el ‘capitalismo de vigilancia’ descrito por Shoshana Zuboff a escala mundial; el ejercicio prepandemia Evento 201 realizado en octubre de 2019 bajo los auspicios del Foro Econ贸mico Mundial y la Fundaci贸n Gates (que contemplaba la ca铆da de gobiernos y la desintegraci贸n de pa铆ses), y el Gran Reinicio (Great Reset) de los globalistas de Davos.
CIBERATAQUES, GUARIMBEROS Y EL MOVIMIENTO SAN ISIDRO
Como parte del proceso de desestabilizaci贸n en curso a partir del 11 de julio, los ciberataques orquestados contra sitios web cubanos se ejecutaron con el empleo de direcciones IP registradas en proveedores de servicios de telecomunicaciones de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Turqu铆a, Alemania y Pa铆ses Bajos.
Buscaban congestionar, bloquear y/o da帽ar los canales de comunicaci贸n, as铆 como obtener informaci贸n de valor y tomar el control de los servidores. Dichos ataques afectaron la calidad del servicio de acceso a Internet, motivando molestias e insatisfacciones en los clientes.
Otro objetivo fue hacer colapsar la visibilidad y la credibilidad del gobierno de Miguel D铆az-Canel y sus instituciones (como preve铆a el ejercicio Evento 201), as铆 como su capacidad para difundir informaci贸n a trav茅s de medios oficiales respecto a la situaci贸n real que se vive en la naci贸n.
Los incidentes de ciberseguridad registrados durante un par de d铆as afectaron la disponibilidad de varios sitios web gubernamentales, entre ellos el de la Presidencia de Cuba y el del Ministerio de Relaciones Exteriores; tambi茅n fueron atacados los pertenecientes a medios de prensa nacionales como los portales del peri贸dico Granma y Cubadebate.
Con epicentro en San Antonio de Los Ba帽os, las min煤sculas manifestaciones simult谩neas en varias ciudades cubanas, incluida La Habana, en las que junto con agentes provocadores locales al servicio del imperio (guarimberos que generaron disturbios callejeros y toma de instalaciones para inducir a la polic铆a a tomar acciones represivas que a su vez generan la percepci贸n de la violaci贸n de los derechos humanos), participaron sectores populares humildes que han sufrido los efectos de la crisis de la pandemia, el bloqueo y las sanciones estadounidenses.
Y algunos revolucionarios inconformes, insatisfechos y confundidos por la manipulaci贸n de las emociones y los sentimientos en las redes sociales digitales, que, activadas por la agenda pol铆tica de la contrarrevoluci贸n, desde el escenario virtual fueron parte de una operaci贸n pol铆tica y de inteligencia que incluy贸 llamados de odio y a cometer asesinatos y linchamientos.
Pero que fueron precedidas por un cuidadoso trabajo de socavamiento simb贸lico, que busc贸 carcomer las bases de los v铆nculos barriales y comunitarios, el sentido com煤n y la moral y el entendimiento colectivos, bombardeados desde los medios masivos de transmisi贸n de datos e im谩genes.
La estrategia de ‘cambio de r茅gimen’ del Pent谩gono y la CIA se alimenta de criminales medidas unilaterales de car谩cter econ贸mico, comercial y financiero, encaminadas a provocar escasez y limitar el acceso a recursos, medicinas y alimentos, agudizadas por las 243 ‘sanciones’ ilegales que implement贸 Trump durante su gobierno y la irrupci贸n de la pandemia de Covid-19, que en los 煤ltimos meses gener贸 una crisis sanitaria; a los que se suma un subdesarrollo estructural que no ha sido posible superar.
Propia del terrorismo medi谩tico y af铆n a los manuales de las ‘revoluciones de colores’ (o golpes suaves), una imagen distorsionada de ingobernabilidad, como la que de manera intencional y deliberada utiliz贸 la ONG Art铆culo 19 para golpear al gobierno cubano, haciendo pasar una marcha en Egipto como si fuera en el malec贸n de La Habana
Se sum贸 a las mentiras y manipulaciones de paraperiodistas occidentales y al uso intensivo de robots, algoritmos y cuentas reci茅n creadas para la ocasi贸n (las llamadas 鈥榞ranjas de bots y trols’)
Estuvo implicado de manera directa el gobierno de Estados Unidos a trav茅s de una campa帽a medi谩tica en Twitter, que cont贸 con recursos multimillonarios, laboratorios y sofisticadas plataformas tecnol贸gicas instaladas en territorio estadounidense, en particular en Miami, asiento de la industria de la contrarrevoluci贸n otrora controlada por la Fundaci贸n Nacional Cubano Americana de Jorge Mas Canosa, y enquistada, hoy, en el Congreso, v铆a el senador dem贸crata por New Jersey, Robert (Bob) Men茅ndez y los republicanos Marco Rubio, Ted Cruz y Lindsey Graham.
Financiados por la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (Usaid), la Fundaci贸n Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en ingl茅s), ambas tapaderas de la CIA, y fundaciones como la Red Atlas (Atlas Network, que tiene entre sus mayores contribuyentes a los hermanos Koch y la Exxon-Mobil) y la Open Society de George Soros.
Otros sectores clave en la guerra cultural fueron los de la far谩ndula y el de la industria de la m煤sica hip-hop cubana, as铆 como la captaci贸n de raperos para condicionar culturalmente a las generaciones j贸venes e incitarlas al ‘cambio de r茅gimen’ en la isla. Las etiquetas #SOSCuba y #CorredorHumanitario fueron usadas extensamente por mercenarios cibern茅ticos junto con la canci贸n ‘Patria y Vida’ (en lenguaje orwelliano, Anexi贸n y Odio), catapultada por los activistas del Movimiento San Isidro como ‘himno’ de los ‘espont谩neos’ manifestantes, algunos de los cuales enarbolaban banderas de Estados Unidos.
La soberan铆a y la autodeterminaci贸n de Cuba deben ser resueltas por los cubanos. La historia reciente demuestra que la guerra h铆brida solo se derrota con pueblo movilizado. Quienes hemos seguido al proceso cubano desde la gesta del Granma, la guerra de liberaci贸n nacional de Fidel Castro y los barbudos en la Sierra Maestra y el trabajo clandestino del Movimiento 26 de julio, sabemos que hay que defender a la Revoluci贸n sin vacilaci贸n, duda, confusi贸n ni condicionamiento alguno.
Por su historia, por la construcci贸n de un socialismo a la cubana y por su labor internacionalista, Cuba es merecedora de apoyo y solidaridad. Nadie dude, que, como dijera Mart铆, ‘en Cuba son m谩s los montes que los abismos: m谩s los que aman que los que odian’. En el mundo tambi茅n.
Tomado de Prensa Latina
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