
Por Arthur González
Para los confundidos por la poderosa cruzada propagandística contra Cuba y no creen que la guerra económica, comercial y financiera impuesta hace 62 años por Estados Unidos, es responsable directa de las penurias que vive la Isla, podrán tener mejores evidencias con los recientes pasos dados por aquellos que, desde la catedral de la mafia terrorista anticubana, exigen más sanciones contra el pueblo, aun que traten de disfrazarlas con el gastado slogan de que “son contra el gobierno comunista”.
Esto se observa en las exigencias realizadas el 27 de julio 2021, por un grupo de contrarrevolucionarios cubanos que integran la organización Cuba Decide y el Centro para una Cuba Libre, ambas desconocidas en la Isla, al director de Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo Nacional de Seguridad, Juan González, quien los recibió en la Casa Blanca.
En dicho encuentro estuvo Rosa María Payá, estrella naciente fabricada por el senador Marco Rubio y la CIA, como cara pública de las acusaciones contra Cuba, la cual aceptó hacer carrera y dinero a costa de la muerte del padre, producto de un accidente automovilístico, cuando viajaba en un auto conducido a exceso de velocidad, por el español Ángel Carromero, líder de la juventud del Partido Popular Español, enviado a repartir dinero para acciones subversivas contra el gobierno cubano.
Las exigencias expresadas por los contrarrevolucionarios, fueron muestra de que solo buscan provocar más penurias en Cuba, soñando que las mismas provoquen nuevas protestas callejeras y así tener elementos para solicitar una intervención “humanitaria” del gobierno de Estados Unidos, como las realizadas bajo la execrable Enmienda Platt, a inicios del siglo XX.
Las medidas fueron:
“Que Estados Unidos denuncie internacionalmente la ilegitimidad del régimen cubano. Aplicar sanciones individuales a los “represores” y familiares “corruptos”. Presionar a países de Europa y de Latinoamérica, a tomar acciones similares. Crear mecanismos técnicos para lograr el acceso de los cubanos a Internet. Aplicar los principios Sullivan a las empresas que hacen negocios en Cuba, para impedir la inversión extranjera en la Isla. (lo que pretendieron hacer en los años 90 del siglo XX). Proteger vidas de cubanos inocentes, considerando todas las opciones sobre la mesa, incluida la intervención militar”. (como si las bombas tuvieran nombre)
Estas exigencias provocarían mayores daños a los cubanos, lo que expone la ausencia de sentimientos humanitarios de los contrarrevolucionarios.
En esa misma línea estratégica, que persigue el fin de la Revolución para que el capital yanqui se apodere de Cuba, como sucedió en los años veinte y treinta del siglo XX, un grupo de congresistas conservadores se reunieron frente al Capitolio, para pedirle al presidente Joe Biden, adoptar una postura más fuerte que apoye a los cubanos y condene al gobierno comunista.
En ese espectáculo, organizado por la Unión Conservadora Estadounidense y otros grupos conservadores que buscan incrementar la campaña anticubana, participaron los senadores Rick Scott, de Florida y Ted Cruz, de Texas; Kevin McCarthy, líder de la minoría en la Cámara de Representantes y los representantes Mario Díaz-Balart, María Elvira Salazar y Carlos Giménez, de Florida; Nicole Malliotakis, de Nueva York y Alex Mooney, de Virginia Occidental, todos del partido republicano que votaron contra el presidente Biden.
Mario Díaz-Balart, hijo de un testaferro del dictador Fulgencio Batista, expuso el mismo guión que desarrolló Rosa María, en la Casa Blanca:
“Pedimos el uso de tecnología para que los cubanos dentro de la Isla se puedan comunicar entre ellos. (El propósito es poder convocar a manifestaciones antigubernamentales) Que Biden sea un líder para que las democracias no solamente hablen de lo que está sucediendo ahora al pueblo cubano, sino que rechacen al régimen, que es ilegítimo. Hasta el momento solo han recibido palabras vacías del presidente, sin ningún tipo de acción real, algo que la historia va a recordar como una traición a ese valiente pueblo cubano”.
Nicole Malliotakis, representante de Nueva York, añadió:
“Se necesita que el líder del mundo libre se mantenga firme e inequívocamente, contra este régimen comunista. Las democracias de todo el mundo deben presionar al gobierno cubano. El presidente Joe Biden, solo ha hecho una declaración sobre la situación en Cuba, algo que fue más parecido a un ladrido que un mordisco, cuando se trata de enfrentarse al comunismo”.
Unido a esa estrategia que busca sangre y muerte para los cubanos, el fantasmal Movimiento Cristiano Liberación, condenó al gobierno de Cuba y solicitó medidas concretas de aislamiento internacional, exigiendo lo mismo:
“Excluir la participación de Cuba en todos los foros, cumbres y eventos internacionales. Investigar y condenar a Cuba en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Suspender todos los acuerdos de cooperación económica y militar con Cuba, incluido el Acuerdo entre la UE y Cuba. Negar líneas de créditos a Cuba, desestimular la inversión extranjera y el turismo internacional. Realizar un boicot a los productos exportados desde Cuba, incluidos los de compañías extranjeras asociadas. Bloquear la participación de Cuba de todos los eventos deportivos, culturales y académicos internacionales. Conformar una comisión internacional de apoyo a la democracia en Cuba, para promover estas y otras medidas, y que vele por su cumplimiento”.
Nada de humanidad para el pueblo cubano, todas las propuestas persiguen fomentar las penurias y el sufrimiento de cada habitante de la Isla, incluido sus niños y ancianos, similar a lo expuesto por la CIA en 1962, política despiadada a la que los yanquis están acostumbrados.
No por gusto se escucha el grito mundial de: Yanqui go home, porque solo saben sembrar el odio entre los pueblos, a base de sangre y la muerte de millones de personas en el mundo.
Visionario José Martí al asegurar:
“Impedir a tiempo con la independencia de Cuba, que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América”.
Tomado de El Heraldo Cubano
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