Pinochet en el plebiscito para aprobar la Constitución de 1980. Imagen: AFP
Por Juan Carlos Ramírez Figueroa
La transición a la democracia chilena conscientemente aceptó la Constitución elaborada por la dictadura de Pinochet en 1980. O, mejor dicho, la pasó por alto. Patricio Aylwin (DC), el futuro presidente, que sucedería el general lo señaló cuatro años después de promulgada la Carta Magna en un seminario repleto de políticos de la oposición y con un título que no llamaba demasiado la atención: “Un Sistema Jurídico-Político-Constitucional para Chile”.
Dibujo sobre el comienzo del juicio del Moncada (pues fueron prohibidas las fotos) Fidel, como abogado exigió, el 21 de septiembre de 1953, el derecho de asumir su propia defensa. Fue retirado luego, en la tercera sesión del juicio, celebrada en la sala del Pleno del edificio de la audiencia. Su alegato de autodefensa, conocido como La Historia me Absolverá –palabras con las que concluyó su discurso– fue pronunciado el 16 de octubre del propio año, en una sala de justicia improvisada en una pequeña habitación del Hospital de Santiago, utilizado como cuarto de estudio de las enfermeras. Foto: Archivo Granma
Por José LLamos Camejo
Asesinados en la primavera de su existencia decenas de hermanos; «desamparada la patria y envilecida la justicia»; herido en lo más hondo él: «pero no quiero que la ira me ciegue, porque necesito toda la claridad de mi mente y la serenidad del corazón destrozado, para exponer los hechos tal como ocurrieron».
El juez federal Daniel Rafecas estudió esa estructura y llegó a procesar a su máximo responsable. Imagen: Sandra Cartasso
Por Luciana Bertoia
El álbum de fotos que acaba de ser hallado en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) fue producido por un órgano sumamente poderoso en la estructura represiva, la misteriosa Jefatura II del Estado Mayor del Ejército. El juez federal Daniel Rafecas estudió esa estructura y llegó a procesar a su máximo responsable.
Francisco con su padre, poco después de haber recuperado su identidad. Imagen: Revista Debate
Vivió más de 32 años con una identidad falsa, apropiado como botín de guerra por un represor de Campo de Mayo. A principios de 2010, gracias a Abuelas de Plaza de Mayo, recuperó su historia y conoció a su padre, Abel Madariaga, miembro de la comisión directiva del organismo. Comenzó entonces una nueva vida, rodeado de afectos, pero la violencia física y psicológica acumulada se tradujo en una diabetes insulinodependiente con la que peleaba a diario. El viernes, con 43 años, murió por problemas de salud producto de una diabetes que arrastraba desde hace tiempo, Francisco Madariaga Quintela, hijo de Abel y de Silvia Quintela, que ejerció como médica en cautiverio hasta que el Ejército la borró de la tierra. “Era demasiado dolor para un solo cuerpo”, resumió Alan Iud, ex abogado de Abuelas. Con mensajes de afecto lo despidieron también el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández.
Los familiares cuesitonaron el trabajo de los militares en garantizar la transparencia sobre la dictadura. | Foto: Prensa Latina
Nuevas evidencias presentadas por la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos por la dictadura en Uruguay responsabiliza este miércoles a las Fuerzas Armadas por ocultar información sobre las atrocidades de 1973 a 1985.
El senador Carlos Filizzola, del Frente Guasu, recordó hoy que en Paraguay 425 personas desaparecieron durante la época de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989).
El coronel retirado Gilberto Vázquez, preso por crímenes durante la dictadura de Uruguay (1973-85), admitió haber matado y torturado, según documentos oficiales divulgados por el gobierno. «Tuve que matar y maté y no me arrepiento. Tuve que torturar y torturé», dijo el coronel ante un Tribunal de Honor del Ejército en 2006. Las actas con sus declaraciones fueron obtenidas por la organización Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, que las puso a disposición del Senado. Vázquez confirmó su participación en dos vuelos clandestinos que partieron desde Argentina hacia Uruguay. Los que vinieron en el primero sobrevivieron y los del segundo están desaparecidos. La Fuerza Aérea Uruguaya admitió ese segundo vuelo en 2005 pero militares de la dictadura lo negaron. «Tengo que ver con el segundo vuelo, con el primer vuelo, con casi todas las cosas que pasaron allá», declaró Vázquez.
Con críticas al sistema judicial, la presidenta de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, anunció ayer su decisión de no participar de las audiencias orales de la causa Sueños Compartidos. La decisión, dada a conocer mediante un escrito que la referente dirigió a los jueces del fuero federal, comprende el rechazo a las imputaciones y la renuncia a ejercer su propia defensa en el juicio.
Habana, Cuba, de Servando Cabrera Moreno, 1975. Foto: Ilustrativa
Por Marta Rojas
«Con un ojo humano ensangrentado en las manos se presentaron un sargento y varios hombres en el calabozo donde se encontraban Melba Hernández y Haydée Santamaría. Dirigiéndose a la última, y mostrándole el ojo, le dijeron: «Este es de tu hermano, si tú no dices lo que él no quiso decir, le arrancaremos el otro». Ella, que quería a su valiente hermano por encima de todas las cosas, les contestó llena de dignidad: «Si ustedes le arrancaron un ojo y él no lo dijo, mucho menos lo diré yo»».
El 26 de julio de 1953 marca un hito en la historia de Cuba, cuando un puñado de jóvenes se lanzó, armas en mano, al rescate de la República en el centenario del natalicio de José Martí.
En aquella jornada, hace hoy 67 años, con Fidel Castro a la cabeza, fue atacada la segunda fortaleza militar que sustentaba la tiranía de Fulgencio Batista, quien un año antes había dado un golpe de Estado para perpetuar la corrupción y otras lacras que laceraban a la República.