Por Geovanny Villegas
Para los teólogos de la Edad Media el Paraíso Terrenal representaba un sitio real perdido al principio de los tiempos y que debía estar ubicado en algún punto recóndito pero accesible. Por ello, innumerables cartógrafos se dieron a la tarea de dibujarlo e infinidad de exploradores lo buscaron con vehemencia. Posteriormente, cuando los conquistadores pisaron por primera vez el Nuevo Mundo, el sueño parecía concretarse: ante sus miradas atónitas se desplegaron selvas y bosques impenetrables, bravíos ríos de turbias aguas, ardiente sol y cordilleras inexpugnables, escenarios todos más propios de la fantasía que de la realidad. (más…)