Por Miguel Cruz Suárez.
Todos tenemos un muro para encerrar los secretos que se llama intimidad y en el cual, a pesar de que a veces se admiten expediciones, casi nunca dejamos que se vean las verdades más profundas, y las huellas bien conservadas de un tiempo que ya se fue.
Algunos tienen sus puertas más grandes; otros, más chicas, y hay quien enmascara el muro para fingir que no existe, pretendiendo una total transparencia. También están los que un día cerraron su refugio de una forma tan hermética que ni la luz lo penetra. Hasta hace pocos años, unos y otros pensaron estar a salvo y tener el problema resuelto. (más…)