
Por Daniel Céspedes
Recuerdo a Jorge Perugorría en las aventuras televisivas Shiralad y en aquella serie que tuvo por nombre Retablo personal. Su participación en el mediometraje Boceto, de Tomás Piard, sería su primera experiencia en el cine que pude advertir mucho tiempo después. Jamás lo vi en el teatro, pues no tenía yo la edad conveniente para apreciarlo, por ejemplo, en Las criadas, de Jean Genet, que dirigiera Carlos Díaz en los años noventa. Sin embargo, sí pude colarme en una sala de video para ver Fresa y chocolate cuando fue estrenada en La Fe, mi pueblo de la Isla de la Juventud. Mis quince o dieciséis años me impidieron reparar en lo que la película significaba en el contexto nacional. Me quedé solo con algunas escenas que se me figuraron chistosas y atrevidas para la época.
(más…)