“América para los americanos”, es la frase con que Pedro Castillo cerró su discurso en la Cumbre de las Américas de Los Ángeles, en abril de 2022, a la que acudió sin su tradicional sombrero de maestro rural. En medio del cisma provocado por la exclusión que hizo Estados Unidos, en la convocatoria a ese evento, de Cuba Venezuela y Nicaragua, Castillo fue de los que optó por asistir y no mencionar ese tema que se convirtió en centro del mismo.
La multitudinaria y emotiva toma de posesión de Luiz Inacio Lula Da Silva en Brasil, el primer día del año, y el anuncio en Colombia del inicio del alto al fuego con cinco organizaciones armadas en ese país son las noticias que iluminan de esperanza el inicio del año en América Latina y el Caribe.
Quienes se dicen satisfechos con la supuesta constitucionalidad de la brutal destitución del presidente Pedro Castillo por la dictadura parlamentaria peruana, le hacen un flaco favor al movimiento democrático y progresista, ya sea consciente o inconscientemente.
América Latina y el Caribe es una región en permanente disputa. Frente a los avances de las izquierdas en diversos países y las nuevas perspectivas integracionistas que se asoman, los sectores conservadores y proestadounidenses no se han quedado cruzados de brazos.
Perú vive hoy una de sus crisis políticas más importantes. Desde que Pedro Castillo asumió el poder de ese país andino, hace menos de año y medio, la nación no sale de un escándalo para entrar en otro. Ahora, los titulares de la región indican que esta jornada Castillo instauró un Gobierno de excepción y disolvió temporalmente el Congreso. Se trata de una situación caótica con importantes consecuencias para su gestión presidencial, que ya venía con sus altibajos.
El Grupo de Puebla reafirmó este martes su compromiso con el gobierno democráticamente electo del presidente peruano Pedro Castillo y alertó a la comunidad internacional frente a las múltiples e incansables acciones de la derecha y algunos sectores de las Fuerzas Armadas que están creando el ambiente propicio para legitimar un golpe de Estado.
La designación de Héctor Béjar al frente de la Cancillería peruana ya adelantaba el giro a la integración latinoamericana fuera de la tutela externa. | Foto: Twitter @CancilleriaPeru
El nuevo Gobierno de Pedro Castillo pone en práctica con esta medida una política exterior no injerencista.
Cada día se suman voces de mandatarios y otros altos funcionarios latinoamericanos que cuestionan la existencia misma de la Organización de Estados Americanos (OEA), y advierten sobre su descrédito.
La llegada a la presidencia de Perú de Pedro Castillo es una gran victoria política de las fuerzas de izquierda, populares y progresistas agrupadas en torno a su candidatura. Llamada sin duda a tener una sensible repercusión, no sólo en el importante país andino, sino en la geopolítica de América Latina y el Caribe. La corta distancia entre los votos alcanzados por él y los de su rival Keiko Fujimori, los insólitos 42 días que ha debido esperar desde su elección para ser proclamado presidente, la feroz campaña durante ese tiempo del fujimorismo, las élites locales y los medios hegemónicos para crear la matriz de un fraude electoral y deslegitimar su victoria, lejos de disminuirla, la engrandecen. Cada voto a Pedro vale, cuando menos, por dos de su adversaria, pues labró su triunfo sin disponer apenas de recursos, mientras ella gastaba una millonada; con la prensa, los grandes capitales y la derecha internacional disparando hasta hoy mentiras contra el maestro cajamarquino de 51 años.
Caricatura: Tomada del semanario peruano Hildebrandt en sus trece
Por Yimel Díaz
Sea cual sea el resultado de las Elecciones Generales de Perú, respetaré la voluntad popular, prometió a finales de mayo la candidata del partido Fuerza Popular, Keiko Fujimori. Tres semanas después patalea porque no acepta la derrota. Una de sus últimas y peligrosas cartas es solicitar al actual mandatario, Francisco Sagasti, que la segunda vuelta sea auditada por la Organización de Estados Americanos (OEA), como si la historia reciente de Bolivia no contara.