Por Eusebio Leal
Este 27 de febrero se conmemora el 140 aniversario de la caída en combate de Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo, líder histórico de la gloriosa Revolución de Yara y primer Presidente de la República en Armas. Venerado como Padre de la Patria, no solamente ha de atribuírsele este título y atributo mayor por su inquebrantable firmeza de seguir combatiendo, aunque esta decisión acarrease el infortunio de perder a Oscar, el menor de sus dos hijos nacidos del matrimonio con María del Carmen, además de prima, su primera esposa. Ejecutado por orden del Capitán General Antonio Caballero y Fernández de Rodas, el joven mambí había sido apresado por las tropas españolas, quienes pusieron su vida en la balanza a cambio de la sumisión del jefe supremo de la Revolución. Fue entonces cuando Céspedes, supeditando el amor paternal al imperativo del deber, pronunció su memorable frase: «Oscar no es mi único hijo, lo son todos aquellos que mueran por nuestras libertades patrias». Estas palabras nos duelen todavía, pero pasada esa durísima prueba, afrontaría otras —no menos difíciles— que también nos llevan a identificar su excelsa figura con el destino de la nación cubana. (más…)