Poco más de diez años atrás, exactamente el 28 de junio del 2009, la cúpula militar en Honduras depuso al presidente Manuel Zelaya. Dos fueron los pecados capitales del gobernante: gestionar la incorporación de su país a la Alianza Bolivariana de Nuestros Pueblos de América (ALBA) y pedir disculpas a Cuba por su expulsión de la OEA, ocurrida a comienzos de la década del 60 de la pasada centuria.
Por Hassan Pérez Casabona

El imperio ataca. Foto: Tomada de Internet