
Organizaciones como la Federación Estudiantil Universitaria, que antes de la Revolución vivían en continuo conflicto con el Gobierno, hoy son parte de la construcción de la sociedad y su criterio está presente en la toma de decisiones políticas. Foto: Ariel Cecilio Lemus
Por Sergio Alejandro Gómez
La sociedad civil es la antípoda del ámbito gubernamental. Al menos esa es la idea que se intenta imponer por los ejes hegemónicos.
Lo que casi nunca mencionan es el origen de la contradicción entre las organizaciones que crean libre y espontáneamente los ciudadanos y el sistema político que debería representarlos.
Se obvia que la pugna surge en modelos políticos diseñados para garantizar los intereses de una minoría y preservar los privilegios de la clase que ejerce el poder.
¿Qué ocurre entonces cuando un sistema nace de las mayorías y las representa cabalmente? ¿Tiene que tener obligatoriamente contradicciones insalvables con las organizaciones de sus ciudadanos?
En el caso de Cuba, la mayoría de las instituciones de la sociedad civil nacieron con y del proceso revolucionario, sin que ello implique un motivo de conflicto.